Conversamos con Gisela Castro y Andrea Quijada sobre diversos temas de la industria inmobiliaria.
Sobre mercadeo digital.... En el 2002, la inversión anual en clasificados de línea por parte de TIRI, empresa inmobiliaria líder en ese entonces, sobrepasaba los $500,000. ¿En dónde se va la inversión hoy día? ¿Cómo ha evolucionado el mercado?
Sobre la ley 10... Gisela Castro participó en la redacción de la ley 10 del 1994, que reglamenta la industria de bienes raíces. Se habla sobre intentos fallidos de enmendar la ley 10, las limitaciones de la Junta adscrita al Departamento de Estado y recomendaciones a futuro.
¿Se debe independizar la junta de corredores y vendedores de bienes raíces de Puerto Rico? Podría ser auto suficiente cobrando una tarifa por las renovaciones. Igual se podría fusionar junto con el Registro de la Propiedad e igual independizar este ente fuera del Departamento de Justicia. En muchos casos, las sombrillas no hacen el gobierno más eficiente.
Sobre las herencias... Andrea comparte un ejemplo: Una viuda con tres hijas, todo perfecto, se tardó un año y medio. Para una casa que se va en 150k, un trabajo de un año y medio, un corredor de bienes raíces no va a querer trabajar casos más complejos. ¿Cómo pueden agilizarse los casos entre las agencias de las que uno depende en todo este proceso?
Bottom line: Hagan un testamento, es mejor invertir en lo que te cuesta un testamento a dejarlo para cuando muera alguien. El costo no lo hace viable en muchos de los casos. Propiedades y edificios que los herederos no pueden resolver, y ahí están.
Sobre el caso de la NAR... Gisela aclara que la comisión, primero que nada, es negociable. Dicho eso, la experiencia de un Realtor se hace valer. El conocimiento de la industria, su clientela y su trayectoria hace que cada cual justifique la comisión que estén dispuestos a aceptar. El que no la quiera, no tiene que aceptarla.
Es importante reconocer el valor de un Realtor con la experiencia y la trayectoria para asegurar velar por los mejores intereses de un vendedor o un comprador. ¡Escuchen a Gisela!